El 26 de agosto se escenificó el desfile que narra las dominaciones y acontecimientos que han caracterizado a la isla a lo largo de los milenios: un triunfo de trajes y colores que, una vez más, conquistó a los turistas.
Ischia vuelve a exhibir su historia milenaria. Desde los colonos de la Magna Grecia, que fundaron aquí Pithekoussai, hasta el periodo aragonés, pasando por la época angevina y el siglo XIX, con los trajes de la gente que relatan la vida rural y marinera.
La histórica procesión de Sant’Alessandro nunca defrauda. Y una vez más este año, desplazándose desde el pueblo de Ischia Ponte hasta la pequeña joya situada a pocos metros del puerto, entre alas de multitudes embelesadas por un caleidoscopio de colores, sonrisas e historias, el acontecimiento resultó ser uno de los más apreciados de todo el programa estival.
Ofrece a los turistas una antología festiva de los acontecimientos que han caracterizado a la isla y de los personajes que han marcado su historia, desde el condottiero español Ferrante d’Avalos, que se casó con la poetisa Vittoria Colonna, hasta el antipapa Baldassarre Cossa, pasando por el legendario Fernando II de Borbón, deus ex machina de la histórica apertura del puerto, antiguo lago, que dará lugar a una nueva conmemoración ineludible el 17 de septiembre.
Con trajes de época, desfilaron ischianos e invitados, cada uno orgulloso de representar un trozo de lo que ha representado y sigue representando la isla, un pequeño ombligo del mundo. Y de nuevo: abanderados, caballos, cetreros con búhos y águilas componían un largo desfile de torpedos que serpenteaba por las calles del centro de Ischia, al alcance de los smartphones de los turistas evidentemente cautivados por semejante triunfo de la belleza.
Bajo la dirección del municipio de Ischia y de la asociación Pro Sant’Alessandro, que siempre ha comisariado el evento gracias a la apasionada dedicación de Franco Napoleone, la procesión exaltó una vez más -esta era la 40ª edición- la riqueza de la historia de Ischia, las dominaciones que se han sucedido, los rituales y mitos que la han marcado profundamente, legados materiales e inmateriales que siguen contando su historia. Y no dejarán de hacerlo.
